El extasis de Santa Teresa de Jesus. De la mistica al orgasmo.
diciembre 14, 2006 – 5:56 AM«Quiso el Señor que viese aquí algunas veces esta visión: veía una ángel cabe mí hacia el lado izquierdo, en forma corporal, lo que no suelo ver sino por maravilla: aunque muchas veces se me representan ángeles, es sin verlos, sino como la visión pasada que dije primero. En esta visión quiso el Señor le viese así: no era grande, sino pequeño, hermoso mucho, el rostro tan encendido que parecía de los ángeles muy subidos que parecen todos se abrasan. Deben ser los que llaman querubines, que los nombres no me los dicen; más bien veo que en el cielo hay tanta diferencia de unos ángeles a otros y de otros a otros, que no lo sabría decir. Veíale en las manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Este me parecía meter por el corazón algunas veces y que me llegaba a las entrañas. Al sacarle, me parecía las llevaba consigo, y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios. Era tan grande el dolor, que me hacía dar aquellos quejidos y tan excesiva la suavidad que me pone este grandísimo dolor que no hay desear que se quite, ni se contenta el alma con menos que Dios. No es dolor corporal sino espiritual aunque no deja de participar el cuerpo algo, y aún harto. Es un requiebro tan suave que pasa entre el alma y Dios, que suplico yo al su bondad lo dé a gustar a quien pensare que miento»
Estas palabras escritas por Teresa de Ávila (o Santa Teresa de Jesus) en El Libro de la Vida (cap. 29) le sirvieron de inspiración a Gian Lorenzo Bernini (Nápoles,7 de diciembre de 1598 – Roma, 28 de noviembre de 1680) para esculpir El Éxtasis de santa Teresa. Se ha dicho que la obra estaba destinada a figurar en el Vaticano, y que el Papa Inocencio X la rechazo al ver en ella mas de erotismo que de misticismo. Esto es falso. La obra fue un encargo del cardenal Cornaro para ser colocada alli donde iría su tumba, esto es, la capilla Cornaro de la iglesia de Santa Maria della Vittoria, Roma. Sea como fuere, ya en el año 1739 la escultura fue objeto de crítica en las Cartas Familiares del erudito francés Charles Oz Brosse, donde se recogen las misivas que este enviaria a su familia y amigos en Dijon durante un viaje de tres años que realizo a través de Italia. En una de estas cartas Brosse planteaba que Santa Teresa aparentaba más estar experimentando un orgasmo que el amor divino. Esta idea se ha repetido muchas veces desde entonces, dando lugar a toda clase de interpretaciones. Yo me voy a limitar a copiarles unos parrafos de un articulo del nicaragüense Orlando Núñez Soto, titulado El éxtasis de Santa Teresa y la violencia de cupido. Les recomiendo su completa lectura.
La sorpresa que la escultura de Bernini ofrece a quien la contempla, es la sensación conocida de la mera gratificación carnal y espiritual de una escena erótica y mística a la vez. Un ángel, recién vestido después de cometer su desvestida fechoría. Cupido mismo, apuntando no al corazón, sino, como lo denunciaran posteriormente los sorprendidos funcionarios de la Iglesia Católica, al mismo pubis de aquella imagen moribunda, apenas resucitada de un reciente y abrumador arrebato sublime.
Unos párpados pesados, decididos a no ver al autor de aquella estocada imprevista. Una boca voluntariamente indefensa, como esperando que caigan del mismo cielo, gotas de hierro derretido, ansias prestas para avalar la esperanza misericordiosa que limpia los pecados del mundo, trasgresión de un tabú que la abundancia de ropa sobre su cuerpo no logró ocultar el mensaje de Bernini. De repente, uno se queda sin aliento consciente, reconociendo, y/o, mejor dicho, sintiendo los recuerdos sensualizados de nuestra imprudente memoria. Una belleza enmudecida, no por ser de piedra, sino porque se halla exhausta y desgajada sobre sí misma, un pie descalzo descendiendo de unas rodillas desfallecidas y envueltas en barrocas enaguas, un cuerpo sin fuerza, como recién entregado al más trasgresor de los placeres. Él erguido, ella inclinada sobre el lecho; él con una sonrisa saciada, ella tibiamente gratificada; él blandiendo un arma mortal y pensando en su próxima víctima; ella fiel a su amante y su victimario a la vez.
Fuentes: Historia del Arte… en internet
4 Responses to “El extasis de Santa Teresa de Jesus. De la mistica al orgasmo.”
Cañailla farfulló…
He estudiado la obra de Santa Teresa en la carrera, esa lucha interior al no poder manifestar todo lo que Dios le hacía sentir, ya que podía ser acusada de herejía. Siempre intentó plasmar esos sentimientos de la manera más light, con palabras que no dieran lugar a sospechas pero a veces le resultaba realmente imposible. Vivía con el temor a delatarse si lograban leer entre líneas sus superiores. De todas maneras no me resultaría extraño que el amor de Dios se manifestara a través de las sensaciones tan plenas y placenteras de un buen orgasmo. Un buen orgasmo provocado por amor.
¿Demasiado trascendental? Más vale ese éxtasis de la Santa que quedarse sin nada ¿no?.
¡Buen fin de semana!
12/15/2006 4:45 PM
inner farfulló…
sospecho k no es teologia lo k tu has estudiado, hispanica?
12/15/2006 5:47 PM
Cañailla farfulló…
Por ahí, por ahí. Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, pero vamos, pa ná. Y sigo sin pensar los principios…
12/18/2006 5:26 PM
By Inner on Ago 18, 2007 at 1:04 PM
creo que Santa Teresa de Jesus no es la misma que Sta Teresa del Avila. Santa Teresa de Jesus, es Santa Teresa de Liseaux, la francesa, del siglo XIX.
Hasta donde tengo entendido la de los extasis es Sta Teresa del Avila. estaba interesada en saber mas sobre esto, porque como que no sale oficialmente pero se celebran algunas tradiciones en Avila.
By tigrepalenke on May 16, 2008 at 3:27 AM
Yo esto lo vi en clase de Historia del Placer cuando hablamos del tema de los diferentes tipos de orgasmo, y con esto se nos explicó el Orgasmo Místico
By BoKalinda on Dic 14, 2008 at 9:32 AM