Inner, El Pendejo

La anorexia de las modelos de pasarela: una vergüenza para occidente

En el barroco el ideal de belleza femenino estaba representado por mujeres obesas. Pedro Pablo Rubens se encargaría de retratar este canon estético en obras como Venus ante el espejo (1613). En el siglo XIX Gustave Courbet plasmaría también en cuadros como La Fuente (1868) este mismo gusto por la desmesura carnal. Todavía en la decada de los 50 del siglo pasado la actriz Marilyn Monroe hacia las delicias del sexo masculino exhibiendo unas caderas estrechas pero generosamente acompañadas por un culo bien formado. La carne seguía estando en boga, aunque ya sin tanta voluptuosidad. Es en los noventa cuando empiezan a aparecer mujeres de figura andrógena, con culos exiguos que bien podrían ser el de un hombre… o tal vez el de un niño. La modelo Gisele Bündchen, e incluso Kate Moss, serian el paradigma perfecto de esta nueva tendencia.

En una sociedad en la que los valores mas preciados son la belleza y la juventud no resulta extraño que un cuerpo de medidas y formas adolescentes se imponga como arquetipo estetico ideal… la edad, que sube con el inexorable paso del tiempo, se intenta falsear impidiendo el natural desarrollo del cuerpo femenino a base de dietas de adelgazamiento, y con esto se simula una suerte de eterna juventud. Pero en este nuevo milenio estamos viendo con demasiada frecuencia a modelos de pasarela escuálidas. Y entonces, aquellos esqueletos andantes que antes solamente aparecian en las imágenes que nos llegaban sobre las hambrunas en África -y que impresionaron a la sociedad en los 80- se multiplican ahora en los eventos relacionados con el mundo de la moda. Así, el hambre, que antes sobrevolaba como un ángel de la muerte sobre los desiertos africanos, se nos presenta actualmente disfrazada de ángel de la belleza ¿Quién establece y promueve estos cánones contra natura? ¿Por qué intentan extender algo que directamente provoca rechazo en el común de las personas?

A veces veo algún reportaje televisivo sobre pasarelas, y no puedo evitar sorprenderme cuando tras un largo desfile de monas graciosamente disfrazadas de espantajos por alguno de esos diseñadores que mezclan el snobismo con la horteridad malpariendo autenticas aberraciones del buen gusto, el publico aplaude como si sufriera un éxtasis artístico. Pero lo peor de todo es darse cuenta de que algunas de esas monas lucen la estampa de una enferma o de una muerta de hambre. Occidente escupe sobre el resto del mundo exhibiendo estos espectáculos tan deprimentes, y se mofa directamente a los ciudadanos del Tercer Mundo. Habría que encerrar a los majaderos que los promueven. Quienes sean.

Tags: africa
Posted in Naturaleza Humana, Politica y Sociedad

You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.