Adolf, acurrucado en mi búnker – Walter Moers
noviembre 2, 2006 – 9:24 AMEsta animacion del dibujante de comics aleman Walter Moers ha causado una cierta polemica en Alemania. Muestra al Führer, Adolf Hitler, desnudo en el baño de su bunker acompañado por su perrita Blondie. Mientras la aviacion aliada arrasa Berlin, el debate consigo mismo, y los patitos de su bañera, el tema de la capitulacion. A mi me parece bastante gracioso.
Enlace en GoogleVideo, subtitulado en ingles.
La letra, en español e ingles, dice mas o menos asi:
Intro:
Berlin, 30. April 1945.
The world is burning, Germany is in ruins and Japan isn´t doing so well anymore either.
But one person will not be sudued.
The light is stll burning in the Führerbunker…
Introduccion:
Berlín, 30 de abril de 1945. El mundo arde y Alemania ha quedado reducida a escombros. A Japón tampoco le va ya demasiado bien. Pero hay alguien que no se dejara doblegar. En el búnker del Führer aún hay luz…
Song:
I´m sitting in my bunker in the middle of Berlin
I have my cyanide capsules and plenty gasoline
The Luftwaffe´s gone, the Navy and the Army, too
World War II isn´t fun anymore
I don´t care too much for capitulation
I have three meters of concrete over my head
¿Capitulation? No, no… I still have Blondie (his dog) and a bottle of Chantré
Hilter:
Estoy sentando en mi bunker en medio de Berlin
Tengo mis capsulas de cianuro y gasolina de sobra
La Luftwaffe se ha ido, la Marina y el Ejercito de Tierra tambien.
La Segunda Guerra Mundial ha dejado de ser divertida
La capitulacion no me preocupa mucho
Tengo tres metros de hormigón armado sobre mi cabeza
¿Capitulacion? No, no…
todavia tengo a Blondie (su perrita) y una botella de Chantré (vino blanco del Rin)
Refrain (mirror):
– Adolf, you old Nazi-pig! Won´t you finally surrender?
No!!!
– Adolf, you old Nazi-pig!
Ah, that´s what you think, huh? That I surrender!
– Adolf, you old Nazi-pig! Won´t you finally surrender?
I will never surrender!
– Adolf you pig!
Coro del espejo:
– Adolf, viejo cerdo nazi, ¿no te vas a rendir finalmente?
Hilter:
– No!!!
Coro:
– Adolf, viejo cerdo nazi
Hilter:
– Ah, ¿eso es lo que piensas? !Que me rinda!
Coro:
– Adolf, viejo cerdo nazi, ¿no te vas a rendir finalmente?
Hilter:
– !Nunca me rendire!
Coro:
– Adolf, eres un cerdo
Song:
I´m at war with 53 countries
And the bombs aren´t falling on England but on Germany
Those Allied bombersquadrons are getting on my nerves
´Cause they´re not only throwing bombs, but bomb carpets
Nobody´s listening to me anymore, everybody does what they want
And behind all of this is this Churchill!
This really hurts and I am all alone with Blondie and a bottle of Chantré
Hilter:
Estoy en guerra con 53 paises
las bombas no estan cayendo sobre Inglaterra, sino sobre Alemania
estos escuadrones de bombarderos aliados me estan poniendo de los nervios
porque no solo estan tirando bombas, sino toda una lluvia de bombas (carpet bombing: bombardeo de arrasamiento, del tipo Guernica, Dresden, etc..)
Nadie me escucha ya, todo el mundo hace lo que le da la gana
y detras de todo esto esta ese Churchill
esto es realmente doloroso, y estoy completamente solo, con Blondie y una botella de Chantré
Refrain (rubber ducks):
– Adolf, you old Nazi-pig! Won´t you finally surrender?
No, I will never surrender.
It is comletely inacceptable that this Churchill will have the last laugh in the end!
Churchill, I will not surrender! I will never surrender!
Coro de patitos:
– Adolf, viejo cerdo nazi, ¿no te vas a rendir finalmente?
Hilter:
– No, nunca me rendire. Es completamente inaceptable que ese Churchill al final sea quien ria el ultimo. Nunca me rendire. Nunca me rendire
No, it´s all right, Blondie. I will not surrender. Don´t be afraid.
Perhaps we will still win this war in the end
I think so. I am quite confident. In a sense.
Hilter:
No, todo va bien, Blondie. No me rendire. No tengas miedo. Quiza al final aun ganemos esta guerra. Yo creo que si. Estoy bastante confiado. En cierto modo.
La historia:
La versión oficial de los aliados indica que Hitler renunció a intentar huir de Berlín y se suicidó con un tiro de revólver y, al mismo tiempo, ingiriendo una cápsula de cianuro en su búnker, a 16 m de profundidad en el subsuelo del edificio de la Cancillería en Berlín, junto a su nueva esposa Eva Braun y rodeado de unos pocos incondicionales, el 30 de abril de 1945, cuando el Ejército Rojo, dirigido por el mariscal Zhúkov, tomaba Berlín y se encontraba a menos de 300 m del búnker.
A sus 56 años Hitler aparentaba ser un hombre de más de setenta, arrastraba los pies al caminar y por el Parkinson sufría temblores en ambas manos. Sus últimas fotografías lo muestran con el rostro sumido, los párpados hinchados y un pelo encanecido y ralo. En 1944 su médico personal envió unas radiografías de Hitler a un centro cardiológico de Berlín bajo un falso nombre para no influenciar el dictamen de los médicos. El resultado no podía ser más desalentador; los facultativos le otorgaban al paciente una sobrevida de dos años. El cóctel de medicamentos al que era sometido junto a la tensión propia que le generaba la guerra fueron minando su físico con una rapidez devastadora. Hitler en sus últimas fotografías, viejo y encorvado parece otra persona en relación a lo que era apenas cinco años antes. Su capacidad mental, en cambio, parecio haberse mantenido intacta a juzgar por el testimonio de sus más íntimos colaboradores y secretarias.
Sus restos, junto con los de su esposa, Eva Braun fueron encontrados el 5 de mayo de 1945 por agentes soviéticos del contraespionaje en el jardín de la cancillería del Reich. Según las declaraciones de los testigos que se encontraban en el bunker en el momento de su suicidio, Hitler exigió con insistencia a su entorno que se prendiera fuego a sus cadáveres, al suyo y al de Eva Braun, hasta las cenizas, y que estas fueran dispersadas posteriormente. […] Tres días antes de la muerte de Hitler, los guerrilleros italianos habían capturado a Benito Mussolini junto con su amante Claretta Petacci, a quienes ahorcaron para luego colgar los cadáveres de los pies y exponerlos en una plaza de Milán. Aquello causó una enorme impresión en Hitler quien se asustó de que una suerte similar pudiera correr él con Eva Braun tras su muerte. Y a fin de que sus cadáveres no fueran expuestos al público ordenó que los convirtieran en cenizas. El ayuda de cámara de Hitler, Heinz Linge, el chofer Erich Kempke y su ayudante personal Otto Günsche prendieron fuego a los cadáveres pero no hasta las cenizas, al parecer porque no tuvieron entonces la bencina suficiente, y enterraron lo que quedó de sus restos calcinados en el jardín de la Cancillería. Allí es donde fueron encontrados cinco días mas tarde.
Fuentes:
Adolf Hitler – Wikipedia
http://www.vor.ru/Spanish/inter/inter3.html
One Response to “Adolf, acurrucado en mi búnker – Walter Moers”
Heil!
By lachan on Ene 16, 2010 at 12:01 PM