Follarme a mi vecina
mayo 12, 2006 – 5:17 AMQuerido lector, me alegra reencontrarme con usted en este espacio reservado al virtuosismo lingüístico. Espero sepa diferenciar entre la presente bitácora y esas otras donde lerdos y gañanes pretenciosos con ínfulas de escritor intentan alardes sintácticos sin mayor fortuna que la que ya tuvieran al tratar de sacarse el graduado escolar. A ambos nos consta que la incapacidad devuelve fracaso tras el esfuerzo: es ley de natura… más aún, ley universal. ¡Ah!, malditos engendros simiescos, al final le daré la razón a Stephen Hawking cuando apunta que los lastres de nuestra genética nos obligaran a delegar en las maquinas la responsabilidad de evolucionar a la Humanidad.
Quiero dejar claro que, a pesar de los comentarios arriba expuestos, jamas pretendere forzar al vulgo a saltar por encima del listón de la incompetencia, ni violentar a la plebe con requerimientos de estilo sintáctico, pues con ello perderían el gracejo que exhiben cuando a duras penas utilizan sus escasas habilidades gramaticales como sustitutivos de muecas y gruñidos; he ahí el encanto de esta pobre gente. No en vano, el verdadero humanismo nace de la compasión, y aunque entre iguales surge también desde la empatia lo cierto es que ambos participamos de un estadio evolutivo superior: ese es nuestro estatus, de ahí se derivan nuestras obligaciones, por tales virtudes como las citadas nos juzgara la Historia.
Así pues, permítame aprovechar este feliz encuentro para compartir mis dudas con usted, con la esperanza de que en un afortunado espasmo de lucidez les halle ajustada respuesta; y dejeme hacerlo a través de una única y sencilla pregunta que expresare de la siguiente manera: ¿el molesto hinchamiento de huevos que me sobreviene cada vez que me cruzo en las escaleras con la golfa de mi vecina, esa adolescente que frecuenta vestimentas ínfimas y masca chicles en eternas sesiones en las que parece estar intentando sacarle el sabor al látex (lo presupongo un entrenamiento para cuando le llegue la hora de remamar pollas embutifarradas en un condón), podría desaparecer sometiéndola en el rellano, tras traicionero asalto, al escarnio incompasivo de la sodomia, o mas bien debería limitarme a señalarle sin acritud, bien a ella o a su puta madre, aunque no a su padre pues es vox populi que no lo conoce, que el recato en el vestir y la mera insinuación de los encantos femeninos son las más efectivas armas de las que una chica dispone para la empresa de la conquista amorosa de un hombre de bien, o mejor aún, de un santo varón?
Nada más que añadir, excepto suplicarle que bese de mi parte la mano a la autora de sus días: esa fulana cuya única gloria ha sido satisfacer durante años a toda la comunidad masculina de su entorno gracias a sus excelentes servicios profesionales (doy fe de ello). Se despide, como otras veces, un ingeniero bien posicionado.
PD1: De la obra Cuentos, misivas irreverentes y malas hierbas, inscrita en el Registro Territorial de la Propiedad Intelectual de Andalucía.
PD2: Esta misiva fue enviada a la sección El Replicante de Yonkis.com, y obtuvo una cumplida respuesta en la Edicion nº13.
One Response to “Follarme a mi vecina”
Mi comentario es del 2014, tengo bastante siguiendo este blog y decidi darme una vuelta y recordar los viejos tiempos y me he dado cuenta que este post lo leí y la fecha de este es de hace 8 años!
Buen trabajo ha sido buen entretenimiento saludos desde México
By Lucio Peñaloza on May 5, 2014 at 7:13 AM