El sexo y los alimentos: juegos sexuales con la comida
diciembre 23, 2008 – 12:08 PM[…] no podía concebir el mundo sin el hombre que me había hecho feliz a los doce años como ningún otro lo volvió a conseguir desde las tardes de hacía tanto tiempo en que salíamos de la escuela a las cinco y él acechaba por las claraboyas del establo a las niñas de uniforme azul de cuello marinero y una sola trenza en la espalda pensando madre mía Bendición Alvarado cómo son de bellas las mujeres a mi edad, nos llamaba, veíamos sus ojos trémulos, la mano con el guante de dedos rotos que trataba de cautivarnos con el cascabel de caramelo del embajador Forbes, todas corrían asustadas, todas menos yo, me quedé sola en la calle de la escuela cuando supe que nadie me estaba viendo y traté de alcanzar el caramelo y entonces él me agarró por las muñecas con un tierno zarpazo de tigre y me levantó sin dolor en el aire y me pasó por la claraboya con tanto cuidado que no me descompuso ni un pliegue del vestido y me acostó en el heno perfumado de orines rancios tratando de decirme algo que no le salía de la boca árida porque estaba más asustado que yo, temblaba, se le veían en la casaca los golpes del corazón, estaba pálido, tenía los ojos llenos de lágrimas como no los tuvo por mí ningún otro hombre en toda mi vida de exilio, me tocaba en silencio, respirando sin prisa, me tentaba con una ternura de hombre que nunca volví a encontrar, me hacía brotar los capullos del pecho, me metía los dedos por el borde de las bragas, se olía los dedos, me los hacía oler, siente, me decía, es tu olor, no volvió a necesitar los caramelos del embajador Baldrich para que yo me metiera por las claraboyas del establo a vivir las horas felices de mi pubertad con aquel hombre de corazón sano y triste que me esperaba sentado en el heno con una bolsa de cosas de comer, enjugaba con pan mis primeras salsas de adolescente, me metía las cosas por allá antes de comérselas, me las daba a comer, me metía los cabos de espárragos para comérselos marinados con la salmuera de mis humores íntimos, sabrosa, me decía, sabes a puerto, soñaba con comerse mis riñones hervidos en sus propios caldos amoniacales, con la sal de tus axilas, soñaba, con tu orín tibio, me destazaba de pies a cabeza, me sazonaba con sal de piedra, pimienta picante y hojas de laurel y me dejaba hervir a fuego lento en las malvas incandescentes de los atardeceres efímeros de nuestros amores sin porvenir, me comía de pies a cabeza con unas ansias y una generosidad de viejo que nunca más volví a encontrar en tantos hombres apresurados y mezquinos que trataron de amarme sin conseguirlo en el resto de mi vida sin él, me hablaba de él mismo en las digestiones lentas del amor mientras nos quitábamos de encima los hocicos de las vacas que trataban de lamernos […]
Lamento violentar a muchos lectores con este texto hebefilo, que no efebofilo ni pedofilo, del escritor colombiano Gabriel Garcia Marquez (extraído de su novela El Otoño del Patriarca). Si a alguien le sirve de literario consuelo, algunos párrafos después nos enteramos de que cerraron el colegio sin que el senil dictador se percatara de ello y substituyeron a las chicas por putas vestidas de colegialas que se lamentaban de que el viejo les metiera «tanto plátano maduro en la consiánfira y tanta malanga sancochada en el fundillo por los cuatro tísicos pesos que nos quedan después de descontarnos el impuesto de sanidad y la comisión del sargento, qué carajo, no es justo desperdiciar tanta comida por debajo si una no tiene ni qué comer por arriba». El caso es que el pervertido texto me viene de perlas para hablar sobre el uso de los alimentos en las practicas sexuales.
Se llama picacismo a la excitación sexual que se encuentra al introducir alimentos en la vagina o el ano de la pareja para después recuperarlos con la boca. Ya en el siglo XIX, Ploss y Bartels registraron una practica de este tipo en un pueblo primitivo: el varón introducía un pescado en la vagina de la mujer y lo sacaba poco a poco mediante un cunnilingus.
La sitofilia es una parafilia en la que la excitación sexual se halla usando alimentos con fines eróticos o como un elemento de los juegos sexuales. Entre las practicas sitofilas se encuentran el nyotaimori, el nantaimori y el wakame sake. Básicamente, se trata de comer o beber alimentos servidos sobre el cuerpo desnudo de una persona.
En esta linea tenemos el sitio www.nastyasslickers.com, donde podemos contemplar a chicas realizando anilingus a hombres cuyos culos han embadurnado con cremas y salsas alimenticias.
En www.foodbangers.us presentan una amplia variedad de juegos sexuales con alimentos o comidas elaboradas: lo mismo se animan con un plato de espaguetis que con un pollo asado.
Algunas paginas se han especializado en determinados productos. Tal es el caso de www.itsjustchocolate.net, que gira exclusivamente en torno al chocolate.
Aunque el fetichismo Wet and Messy (mojado y sucio) se encuentra en un capitulo aparte, es común en las practicas WAM el uso de alimentos pastosos, cremosos o fluidos. De este tipo tenemos sitios como www.ickyandsticky.com, donde juegan con toda clase de substancias pringosas tales como mermeladas, natas, yogures y demás.
Dentro de los juegos sexuales con las cosas del comer se engloban las inserciones anales y vaginales con frutas, hortalizas y vegetales de forma falica.
Tambien se recurre a otros productos elaborados: chorizos, salchichas…
De esta casta podéis encontrar material diverso en www.tabooinsertions.com. El tema de las inserciones lo trataremos mas «profundamente» en otra ocasión.
Mas: Juegos sexuales con lubricantes o geles

20 Responses to “El sexo y los alimentos: juegos sexuales con la comida”
Las imagenes son muy guarras… Con la comida no se juega!
By Pocholokin on Dic 23, 2008 at 12:55 PM
ummmhhhh…y si me follo la bolsa de los polvorones..???
By Kalevra on Dic 23, 2008 at 1:28 PM
Si alguien quiere ver más sobre el tema, recomiendo Femanic (es de pago)
By Anónimo on Dic 23, 2008 at 2:56 PM
Que A S C O!!!
No entiendo a los que juegan así con la comida. Viste ese pollo? Estaba buenísimo.
Que desperdicio!
By El inconsistente on Dic 23, 2008 at 9:54 PM
ummmhhhh…y si me follo la bolsa de los polvorones..???
By Kalevra on Dec 23, 2008 at 1:28 pm
Pues entonces cómprate una botella de por lo menos un litro de lubricante. Te hará falta…
By Parisina on Dic 24, 2008 at 1:41 AM
Demencia senil, a cualquier edad.- O demencia, a secas
pero ni sexo, ni amor…al arte.- Su tiempo, Inner,
¿No vale mucho, como para perderlo en esos productos?
By Monte on Dic 24, 2008 at 3:46 AM
XD inocentemente lo unico que yo he hecho con comida es compartir un chocolate con relleno liquido mientras me besaba con mi novio XD y encima me decian que era algo raro XD raro??!!!! raro es esto.
By maxim on Dic 24, 2008 at 6:16 AM
mi mamà siempre me dijo…
no juegues con la comida..
jajjaja
By lilith on Dic 24, 2008 at 7:52 AM
La comida es sagrada!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Solo espero que si lo practican, no le pongan mucho picante, JAJAJAJAJAJAJA…………
By Punchinho on Dic 24, 2008 at 8:11 AM
kien no le a exado nunk xocolate a su xica x encima??? o ella a ti en el ciruelo? os lo aconsejo si a ella no le gusta vuestra salsa casera ;)
By unosinemule on Dic 24, 2008 at 5:23 PM
Fotos 1, 3, 4, 8 y 9 WTF?
By k-zumi on Dic 25, 2008 at 6:30 AM
aquí en peru hay un grupo que se llama Chabelos, y justo tienen una cancion que se llama «el pollo chucha»… una d las fotos m hizo pensar en eso xD…
By Duacho on Dic 26, 2008 at 6:20 AM
Nada màs rico que mezclar comida y sexo.
By Elena on Dic 26, 2008 at 8:22 AM
es cosa mia, o la chica de la penultima foto le da un aire a Silvia Jato??
By Duluth on Dic 27, 2008 at 5:03 PM
vomitando/*
By anonimo on Dic 29, 2008 at 3:37 AM
Pues yo descubrí el placer de masturbarme con una zanahoria y un calabacín metiendolos por mi coño y por mi culo , cuando me quedé sin cabrón que me follara una temporada, disfruto mucho y mi nuevo macho me folla como nadie y también le encanta meterme los vegetales
By calentita on Dic 29, 2008 at 1:17 PM
Lo que está claro es que con estos temas no hay términos medios o te gusta o te da asco.
Interesante y currado artículo ;)
By FreeX on Nov 14, 2009 at 2:28 PM
excelente texto. a esa edad, incluso antes, las niñas somos unas lolitas, que nos damos cuenta del deseo que provocamos en algunos hombres. unos disimulan mas que otros. y algunas son mas lanzadas que otras.
yo recuerdo que salia a la terraza de mi casa, ligerita de ropa, sabiendo que en una casa vacia cercana a veces dormia un vagabundo.
y que el hombre se quedaba extatico, mientras yo aparentaba no saber que estaba alli y le provocaba dejando ver mas de lo debido.
menos mal que yo estaba en el 2do piso jeje.
una vez me hizo señas de que fuera, pero disimule y entre.
ha sido una fantasia recurrente en mi, imaginar todo lo que hubiera pasado de meterme en esa casa con el
By anita on Nov 14, 2009 at 3:31 PM
Me entraron ganas de «comerme» una banana.
By lachan on Ene 12, 2010 at 11:32 PM
hahaha esas pobres salchichas…
By whiteravenmetal on Oct 19, 2011 at 1:02 AM